migranautas: procesos creativos y experiencias migratorias

Con la frase «todos/as tenemos una historia que contar», iniciamos con un espacio para compartir vivencias, en donde por medio de preguntas cada persona navegó en su interior para encontrar la respuesta. Momentos llenos de incertidumbre se llevaron cargando al salir de sus respectivos países y viajar a nuestro querido Ecuador. Al llegar les impacta el paisaje y la diversidad cultural, les sorprende el clima, aprecian la calidad humana de su gente (al menos de la mayoría) y agradecen lo pacífico del ambiente.

Dentro de esta experiencia llena de cambios, los más pequeños mencionan que no han sentido que los tratan diferente, los y las adolescentes sienten que sí lo han hecho, que este maravilloso pueblo aún guarda distancia con la tolerancia y la empatía, y las y los adultos expresan su ira, su frustración, su tristeza por la falta de comprensión a las circunstancias, que pese a estar trabajando de manera esforzada y adecuada reciben comentarios discriminatorios que solamente logran expandir la brecha de seres humanos en distintas condiciones. La situación migratoria aún es poco clara de entender, sin embargo, tampoco es el objetivo de este proceso, lo importante es ver a la persona como lo que es, un ser humano lleno de vivencias, emociones, sentimientos, alguien que día a día lucha por sobrevivir como puede, que se abre camino sobre espinas por todo lado, aunque también encuentra el aliciente en algunos que han comprendido que las diferencias no sirven para marcar distancia sino para permitir un complemento.

Recuerdan que dentro del tiempo que les ha tomado adaptarse a ser migrantes en este hermoso país, se han topado con palabras extrañas, han aprendido a apreciar comidas que jamás habrían pensado degustar como el yaguarlocro o los bollos, continúan aprendiendo a relacionarse con gente indiferente, con gente amable, con gente grosera y con gente generosa, pero prefieren relacionarse con las personas de su país, con quienes pueden estar sin posturas y compartir esos momentos de desahogo que tanto necesitan para volver a levantarse día a día y construir su futuro.
Después de recorrer caminos en avión, en bus, en bicicleta y a veces a pie, caminos que les trajeron a este momento en que nos conocemos frente a frente, en que los relatos tienen rostros y es más difícil mantener fija la mirada cuando nos dicen lo que han perdido y el dolor que les genera, cuando un niño indica que lo que más le ha dolido perder es su sonrisa y todas/os permanecimos en un silencio incómodo escuchando, sintiendo, reflexionando ¿Qué estamos haciendo mal para ser cómplices de la pérdida de sonrisas? El peso que llevan a diario, como un bloque de cemento lleno de dolor que estorba y lastima no es fácil de soltar. Dejar ir el miedo, la ansiedad por no ser aceptado, la inseguridad y la culpa de no arriesgarse es desafiante, pero tratamos de motivarles a que puedan liberarse y se atrevan a sentirse ligeros/as, esa sensación que a muchos nos hace falta.

Poco a poco, dentro del proceso de reflexión, han sacado a flote sus recuerdos, recuerdos que llevarán siempre como una pulsera en su mano, personas o momentos que hacen que sonrían, que sus lágrimas quieran salir de sus ojos por el peso de la nostalgia, pero que acompañan y son reconfortantes, esas pulseras que no adornan la apariencia sino el alma, almas heridas, almas rotas, almas soñadoras, almas guerreras.
Muchos quisieran cambiar algo de su vida, pero todos/as coinciden en que lo vivido los ha hecho más fuertes y les sirve para hablar con otros/as y darles el apoyo que hubiesen querido tener.

El tiempo es corto y el proceso ha finalizado, con un enfoque integral hemos transitamos un camino donde visualizamos desde muchas perspectivas los obstáculos superados, el dolor invadiendo el espacio destinado para la esperanza y el miedo transformándose en el motor para salir adelante. Han perdido mucho, pero han ganado más y están dispuestos/as a mostrarnos su historia convertida en arte visual. Te invitamos a verla, entenderla, apreciarla y compartirla.